Este post apareció inicialmente en el blog «Tecnología por sorpresa» de Scilogs, con motivo de la celebración de los 100 años de la publicación de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein. Lo reproduzco aquí por si alguien se lo perdió.
Se celebra el centenario de la publicación por parte de Albert Einstein de su teoría de la relatividad general. En este post quiero recordar a Mileva Marić, la primera esposa de Albert Einstein, no quiero avivar ninguna discusión sobre su papel en los artículos científicos de Einstein, pero sí plantear si un entorno y su tiempo le hicieron justicia. Además también quiero que sirva para hablar de algunos aspectos de la historia del genio del siglo pasado.
A pesar de que han pasado ya 100 años desde la publicación de la teoría de la relatividad general, Albert Einstein sigue siendo en la actualidad, el físico más conocido por el gran público. Este hecho responde con rotundidad a la gran contribución e impulso que supuso para la Física las teorías y trabajos desarrollados por Einstein.
El genio de Einstein está fuera de toda duda, sin embargo me gustaría resaltar en este post la historia de otra persona que me parece que tiene una historia fascinante, me refiero a Mileva Marić, su primera esposa ¿Sería justo recordarla sólo por ser la primera esposa de Albert Einstein?
Desde la publicación en los años 80 de Albert Einstein/Mileva Marić: The love letters y de The collected papers of Albert Einstein: The early years, 1879-1902, volume I se ha suscitado una controversia sobre el papel de Mileva en los primeros trabajos de Albert Einstein. En este post no pretendo destacar o avivar esta controversia, pero sí recordar un poco la historia de Mileva y resaltar algunos hechos y datos muy interesantes (al menos, para mí), y que aportan a su vez algunos datos sobre la historia del genio de la Relatividad General.

Mileva Maric y Albert Einstein (dominio público)
Mileva y Einstein coincidieron por primera vez en su primer año en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Zürich ETH). Pronto se conocieron y se convirtieron en compañeros. Si bien en Zúrich la universidad estaba abierta a las mujeres, no era así en toda Europa, y tampoco era muy corriente ver a una mujer estudiar física teórica. Sin embargo pronto los dos estudiantes estaban interesados en la «nueva física», física que aún no formaba parte del currículum impartido en la ETH, como las ecuaciones de Maxwell.
Al año siguiente Mileva asistió como oyente (Gasthörer) a la Universidad Heidelberg, asistió como oyente porque en aquella época a las mujeres se las permitía asistir pero no podían obtener ninguna certificación. Durante su estancia en Heidelberg, Mileva escribió a Einstein sobre los trabajos de Philipp Lenard con los rayos catódicos, trabajos en los que Einstein demostró mucho interés. A su vuelta a Zúrich, Einstein y Mileva discutieron sobre los trabajos de Lenard. Durante los años siguientes se volvieron inseparables, les unía el amor y el estudio de la física. Einstein la consideraba un igual, respetaba sus opiniones e intercambiaban libros y debatían sobre la lectura de dichos libros.
Einstein pasó sus exámenes finales para el diploma intermedio como el primero de su clase, Mileva, debido a su estancia en Heidelberg, hizo el mismo examen un poco más tarde, curiosamente sacó la misma nota que Einstein en Física. En el trabajo para el examen final, o «Disertación», Einstein y Mileva tuvieron el mismo tutor, Heinrich Friedrich Weber. Éste les puso las peores notas de toda la clase a sus dos alumnos, algo que enfureció a Einstein, ya que éste consideraba que sus clases estaban totalmente desfasadas y no conocía la «nueva física» que tanto interés despertaba en Einstein y Mileva.
En 1900 ambos intentaron el examen final, Einstein pudo obtener la cuarta mejor nota (a pesar de su baja puntuación en la disertación), mientras que Mileva obtuvo la más baja debido a la asignatura de «Teoría de Funciones», cuyo profesor era Wilhem Fielder, que era miembro de la Academia de Ciencias Prusiana, una institución que aceptó su primera mujer en 1964, lo que hace pensar que quizá la esforzada Mileva no lo tenía fácil con este profesor. En el segundo intento también suspendió «Teoría de funciones», y curiosamente también sacó peores notas en el resto de las asignaturas. Mileva estaba embarazada de 3 meses, Einstein no estaba preparado para casarse, además de que la familia de Einstein no aprobaba la relación. En este punto hay que imaginarse una mujer soltera, embarazada, a comienzos del siglo XX, no debía de ser el mejor ambiente para continuar una carrera académica. Es más, Einstein no llegó a visitar a Mileva en Serbia donde se recogió con su familia para tener al bebé, la niña supuestamente murió de escarlatina con poco más de un año, aunque la información es confusa ya que también se piensa que se ofreció en adopción.
A pesar de todos los contratiempos académicos y personales, la pareja continuó su relación y siguió con el estudio de la física, en varias cartas de Einstein a Mileva la define como un igual.
Einstein siguió desarrollando su genio, pronto llegaron los artículos de su «Annus mirabilis«, donde además de presentar la relatividad especial, presentaba la explicación del efecto fotoeléctrico fruto de su interés por los trabajos de Philipp Lenard.
La colaboración y el matrimonio de Einstein y Mileva termina en 1914 después de unos años de declive. Fue en 1918 cuando Einstein ofreció como acuerdo de divorcio el premio Nobel que sabía que recibiría. Einstein solamente le dio la mitad del dinero del premio, a pesar de que tenía un puesto de profesor de física en la Universidad de Berlín, que se supone le permitiría pasar una manutención adecuada de forma regular.
Hay que tener en cuenta que en el siglo XIX a la mujer no se le permitía votar en Europa, el primer país en permitir el voto fue Finlandia en 1906 y el último Liechtenstein en 1984, fue un siglo de cambios en los derechos civiles de las mujeres. Mileva seguramente formó parte de ese gran grupo de mujeres que, quizá sin proponérselo, o sin tan siquiera ser consciente, abrió el camino a todos estos cambios en la sociedad, despejando el camino hacia la igualdad en la que hoy se sigue trabajando.
Cualquier persona de las que rodearon a Einstein han sido reconocidas, más si cabe si éste las consideraba un igual. El genio de Einstein está fuera de toda duda, el papel de Mileva en sus trabajos está en duda, pero yo creo, que haya tenido influencia o no, no le quita un ápice de genialidad a Einstein, y Mileva solo por sus discusiones con Einstein y su coraje, afrontando la sociedad y las universidades de la época, merece un reconocimiento, en el que espero haber aportado mi granito de arena con este post.
Por último y dado que estamos en fechas de celebración del centenario de las teorías de Albert Einstein os dejo un enlace a un podcast que llevo haciendo un tiempo en el que, como no podría ser de otra forma, había que sacar a Albert Einstein.
ADVERTENCIA: «La escucha del siguiente podcast puede producir una sensación extraña, aunque espero que lo vean gracioso.» XDD
«Científicos de Relumbrón: Albert Einstein»
Finalmente, si le gustan los podcast aquí les dejo uno de Reyes Zambrano (@MReyesZam) con una historia más completa de la vida y obra de Einstein:
«Albert Einstein: padre de la física contemporánea»
¿Nos seguimos leyendo?
@guardiolajavi
Referencias:
El papel de Mileva Marić en la obra de Albert Einstein
Did Einstein’s First Wife Secretly Coauthor His 1905 Relativity Paper?
Articulo de 1990, Did Einstein’s Wife Contribute to His Theories?
The collaboration of Mileva Marić and Albert Einstein
Mileva Marić: Einstein’s Wife
La historia de una injusticia: Mileva Marić